…como me dicen algunos amig@s, o Lucero Rodríguez G. Mujer, colombiana, periodista y editora independiente. Escribo y quiero ver qué pasa con lo que pongo en estas páginas virtuales, que quizá luego conecte con algunas exploraciones que ando haciendo por el hoyo profundo de la irrealidad o ficciones, que llaman. Por ahora cuelgo algunos recuerdos de trabajos, viajes, caminatas por la calle, muchas perdidas y algunas encontradas y fragmentos de cosas que leo y me gustan o me caen a la cabeza, a veces cuando me acuerdo de mi «virtual» «compromiso» de actualizar esto.
Me he movido por diferentes, diferentísimos temas, nunca me he especializado en uno en particular porque desde cada lugar donde he estado la intención ha sido una sola: hablar de y con la gente por fuera de una etiqueta. Mi tema no es un tema sino un género, dos, tres: los perfiles, los cuentos y las crónicas, que me encantan como lectora. En resumen mi tema es la gente y tratar de conocer el mundo a través de ella. Desafiando mi timidez -de hace rato y que todavía me queda-, me gusta acercarme a personajes con una creatividad, pasión y locura, encantadoramente por encima de la media, a los que le haría fotos si fuera fotógrafa o cuadros si fuera pintora.
Amo la música, distintas tendencias entre el rock y la salsa, clásicos; pero prefiero hablar de músicos que de música; tampoco escribiría una letra sobre fútbol, no tengo idea cómo, pero más que las jugadas ya pasadas, me apasiona toda esta testosterona y euforia global alrededor de una pelota. Me conmueven, en particular, los dramas de los futbolistas como el Palomo Usuriaga, que surgen y se forman en unas condiciones tan extraordinarias como los cineastas, los músicos y, en general, los artistas de verdad tesos y tenaces de un país como Colombia. Me impresionan quijotes como el profesor Gustavo Moncayo; papá de uno de los secuestrados más antiguos del mundo, los marginados, los fanáticos, los adictos, los obsesionados irracionales por algo, que a veces en alguna causa perdida se encuentran y se dejan escuchar. En general, los llenos de vida.
Soy antifobias; anti homofobia, xenofobia, racismo, sexismo, aracnofobia, heterofobia, etc. Pero también tengo mis propias fobias, que son bastantes, como la fobia a las corridas de toros, al retorcido «sentido común» de los empleados públicos y de los operadores de call centers. Sospecho de la cordura de los furibundos furibistas capaces de poner en un pedestal marcado con el rótulo de «mejor presidente de la historia», a cualquier iracundo, sólo con prometer acabar con una guerrilla que tampoco acaba… de acabárselo todo, incluida la paciencia de quiénes no entendemos ya en estas épocas su «razón». Bueno, tratando de ignorar el hecho de que la guerra es un negocio jugoso económica y políticamente, para unos y para otros cuantos… desastre y pobreza para los demás.
Le tengo fobia a los radicales y a los radicalismos. Soy muy radical en eso.
No soy perfecta, pero trato de pagar la renta cumplida, existo y luego escribo, y prefiero hablar de gente honesta que de política.
En realidad, la aracnofobia la puedo soportar.
Saludos y gracias por haber entrado a esta página.
(Y si tan sólo un click accidental lo-a hubiera traído hasta aquí no me enojaría, mas bien me alegraría la virtual casualidad).
@lucerocinco
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